Domingos con calma. Menos ocho grados a las siete de la mañana aquí en la cordillera, cumbres nevadas, viento fresco, y día soleado, así que nos levantamos temprano a prender la leña, calentar la casita, y disfrutar de una mañana tranquila. Nuestras mañanas de domingo suelen tener espacio para todo eso que en la semana a veces dejamos de lado, jugos verdes, un buen libro en cama, skincare y duchas largas, o tejer al solcito.
Hoy compartimos contigo una de esas mañanas y los gestos de autocuidado que nos hacen bien ❤️
Enjuague con aceite de coco
A penas despierto me levanto, y hago mi enjuague bucal con aceite de coco que aprendí cuando estudié Ayurveda con Eduardo Socolovsky en Argentina. También llamado ‘oil pulling’, es una forma simple y efectiva de cuidar las encías y mantener los dientes blancos, gracias al aceite de coco y sus ácidos grasos que actúan como antiséptico y antiviral. Simplemente tomo una cucharadita y me enjuago con él por el tiempo que aguante, mientras preparo la casa. Hoy sólo encendí el fuego porque ayer ya habíamos entrado leña.
Shot de aloe vera
El primer alimento del día siempre es un shot de aloe fresco. Es muy rico en vitamina c, que ayuda a mantener el sistema inmune activo en invierno, y mejorar la absorción de otros nutrientes como el hierro y el colágeno. En invierno lo preparo tibio porque todo está congelado, y desde el Ayurveda y la Medicina China, sabemos que nuestro cuerpo se beneficia de alimentos tibios y calientes en esta época. El aloe calma, protege y equilibra el sistema digestivo, ayudando a mantener sanas las mucosas que lo recubren.
Jugo de invierno, raíces y tubérculos
En invierno aprovechamos las frutas y vegetales de estación para preparar jugos cargados de nutrientes y enzimas vivas. El apio es un poderoso colagogo y colerético que apoya el funcionamiento hepático y biliar, tomar su jugo en ayuno ayuda a que la digestión sea más fácil y ligera, algo que puede verse afectado con el frío. La zanahoria, rica en vitamina A, C y antioxidantes, está cargada de nutrientes de rápida asimilación, y añadí media manzana pequeña para dar más dulzor. Para dos vasos usamos 4 tallos de apio, dos zanahorias y media manzanita. Toda la pulpa la llevé de inmediato a una olla y la usé como pino para preparar lentejas con quinoa de almuerzo.
Infusión de hibisco y caléndula
Mi mamá tiene un jardín muy bonito, y sus amigas también, y siempre estamos recibiendo hierbas, patillas, arbolitos y podas de regalo, así es vivir en zona agrícola y nos encanta. Esta semana nos dio de regalo un frasco de flores de hibisco, que es una flor llena de beneficios. Rica en minerales, vitamina C, polifenoles, antocianina y betacaroteno, es un poderoso antioxidante que ayuda a depurar, proteger el sistema respiratorio y apoyar el sistema inmune, así que preparamos una infusión para tomar durante la semana usando caléndula que tiene propiedades inmunomoduladoras y antiinflamatorias.
Además, por lo que estuve investigando, el hibisco también se usa para tratar problemas dermatológicos, como el eczema y la psoriasis. Tradicionalmente, la medicina herbal ha usado la flor de hibisco, para tratar la pérdida de apetito, los resfriados y las infecciones respiratorias.
Con todo esto listo, y entre ir y volver a revisar el fuego, ya se acerca la hora del desayuno, así que preparo un caldo de huesos que hicimos ayer sobre la cocina a leña. Con un pollo entero de campo, descartes de zanahorias, apio, y laurel que me regaló una vecina de su patio, hicimos el caldo en bajo por 8 horas, y quedó exquisito.
Caldo de huesos
Con casi 10gramos de proteína por taza, sales minerales, y colágeno puro y natural, el caldo de huesos es un alimento milenario que favorece el bienestar del organismo y todos sus sistemas, apoyando el sistema inmune a través de su aporte en nutrientes y aminoácidos, regenerando tejidos a través del colágeno y la proteína, mejorando el ambiente hormonal a través de sus grasas y minerales, además mejora la salud digestiva, la piel, el pelo, las articulaciones y ayuda a combatir el acné.
En los talleres de cosmética siempre decimos que el cuidado de la piel empieza en tu plato, y es así, con alimentos naturales ricos en proteína, grasas y colágeno, que ayudas a tu cuerpo a reducir la inflamación, nutrirse, combatir el acné, regenerar los tejidos, y tener una piel sana, libre de desbalances, nutrida, hidratada, radiante.
Desayunar grasas y proteínas
Es tan importante, que me gustaría que cada mujer se hiciera este regalo: desayunar proteínas y grasas todos los días. No proteínas en polvo con saborizantes artificiales, no proteínas en barra hechas de soya e ingredientes que tu cuerpo no reconoce. Alimentos. Alimentos naturales que contengan los códigos de la naturaleza que tu cuerpo sí puede leer y entender.
Preparé seis huevos de campo de mi vecina y dos paltas locales, los huevos los pongo con cronómetro por 7 minutos en agua hirviendo, los saco, los paso por agua fría y los sirvo sobre palta molida con aceite de oliva orgánico del maule, y sal de mar de cáhuil. Nuestro desayuno lo cultivan personas como nosotros, que sienten amor por su quehacer, dentro de esta misma región. Estos son nutrientes frescos que nuestros cuerpos sí pueden reconocer y asimilar.
Los polifenoles del aceite de oliva crudo y prensado en frío son altamente antiinflamatorios, aportando a mantener la salud cardiovascular y la vitalidad, retrasando el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, cáncer y otras afecciones crónicas e inflamatorias.
Los ácidos grasos presentes en la palta y el huevo favorecen un correcto funcionamiento del sistema endocrino y un buen ambiente hormonal, con el que regulamos desde la temperatura hasta el estado de ánimo y energía. La colina, nutriente escaso en la naturaleza, está presente en los huevos y es vital para el funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso, y junto a las vitaminas A, D, E, B12, y minerales como hierro, zinc, selenio, fósforo y yodo, hacen del huevo el único ‘superalimento’ que debiera estar de moda, en mi opinión.
Con intención, sin complicaciones, comemos y disfrutamos nuestros alimentos. Jugo de zanahoria e infusión de hibisco para tomar lentamente durante la mañana, una ducha caliente y un masaje con cepillo seco para activar la circulación y pasar el frío. Salimos a caminar por el pueblo y una gran olla de lentejas con quinoa nos espera para el almuerzo, más caldo de huesos, más infusión, y tiempo tranquilos para descansar y prepararnos para la semana.
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